La comedia en los videojuegos ¿Dónde están las risas?

Hace unos meses pude juntar el dinero suficiente para darle una segunda vida a mi PC. El The Witcher 3, Wild Hunt (CD Projekt Red, 2015) estaba en pleno apogeo y juntaba muchísimas críticas positivas. Como fan de la saga literaria de Sapkowski no veía el momento de hincarle el diente. Y al fin llegó el momento, mi gráfica nueva y yo estábamos preparados para cabalgar a lomos de Sardinilla. Pero unos días después algo interfirió en mis andaduras de brujo, Steam estaba de rebajas.

Los billetes comenzaron a volar y entre otros juegos pude hacerme con una copia de South Park, The Stick of Truth (Obsidian Entertainment, 2014). Vale, lo admito, South Park es mi serie de animación favorita – sobre todo a partir de la novena temporada- pero no esperaba que en formato videojuego fuese a calarme tan hondo, tan hondo que llegué a dejar a Geralt apartado para ser el nuevo amigo de los niños de South Park. Para cuando me di cuenta me había pasado el juego, me había enganchado más que el Witcher.

Seguramente fue la combinación de varios factores, pero no me podía quitar de la cabeza un pensamiento: la ausencia de la comedia en los videojuegos, o más bien, la mala ejecución del género en el lenguaje propio de este medio.

La comedia en los videojuegos

Sin entrar en definiciones profundas, la comedia es ese género dramático donde diferentes elementos divertidos, graciosos y con tintes ridículos nos conducen a un final feliz. En la Antigua Grecia crearon las bases de este género optimista, tan necesario en un mundo lleno de tragedias, adaptado a diferentes disciplinas artísticas a través de los siglos.

El teatro, la literatura, el cine y otros medios han usado la comedia con su propio lenguaje y método narrativo. En la mayoría de los ejemplos, la obra se cimienta en sus personajes y las situaciones divertidas en las que se ven involucrados, lejos del simple gag o chiste metido con calzador con esperanza de sacarle unas carcajadas al receptor. Y esto es por desgracia lo más común en los videojuegos. En el cine por ejemplo, la comedia se narra mediante imágenes y acciones de sus personajes, enredados en situaciones cómicas a causa de los conflictos y objetivos de estos. No digo que el diálogo o un buen gag metido con naturalidad no apoye la comedia, pero lo importante es el enredo y el trabajo del guionista por hacerles la vida imposible a sus personajes. Que les pregunten a Charles Chaplin (La Quimera del Oro, Luces de la Ciudad…) o Buster Keaton (El Maquinista de la General, El Moderno Sherlock Holmes…) si necesitaban los diálogos para hacer reír al espectador.

Si el lenguaje de los videojuegos y su modo de expresión son sus mecánicas y la interacción entre el jugador y el juego, ¿por qué muchos desarrolladores introducen la comedia mediante diálogos, gags, o algún personaje secundario rimbombante? Lo más cercano son aquellos basados en las físicas imposibles y absurdas como Goat Simulator (Coffee Stain Studios, 2014); Octodad, Dadliest Catch (Young Horses, 2014) o I Am Bread (Bossa Studios, 2015). Y no están mal para echar un rato divertido, pero son pocos los que intentan ofrecernos una historia trabajada como para hacernos reír durante todo su gameplay.

En la actualidad gran parte de las risas y momentos divertidos vienen a manos de los youtubers cuando ni siquiera estamos jugando, estos sacan brillo (o no) a los bugs, glitches y demás fallos en sus vídeos, lejos de la intención de los desarrolladores (o no). El mismo efecto que sucede si juegas junto a un amigo con gracia. No es mérito del desarrollador si no del aporte de un tercero.

Existen títulos que tontean con el género, como podría ser la saga Grand Theft Auto (Rockstar Games) y su intento de sátira de la sociedad actual- algo burda si me permitís- pero esto  queda a la sombra de lo que realmente quieren los jugadores: pegar tiros, robar coches y crear el caos allá por donde van.

La comedia en los videojuegosLa comedia en los videojuegos

 

Si miramos atrás hubo muy buenos acercamientos a la comedia en décadas pasadas como los desarrollados por Tim Schafer para LucasArts (Monkey Island, Day of the Tentacle…) pero los estudios potentes han dejado de apostar por el humor como elemento principal. Al igual que en los demás géneros, el panorama independiente nos ofrece más ejemplos dignos gracias a la libertad de experimentación y sus apuestas arriesgadas. Aunque si nos basamos en otras industrias podemos ver que la comedia no es arriesgada, es un género que la gente siempre ha consumido y ofrece grandes beneficios.

Estando el patio como está necesitamos juegos grandes que nos hagan reír de verdad, necesitamos que las grandes compañías apuesten por un tipo de narración que nos arranque carcajadas, necesitamos que la industria ofrezca un buen abanico de opciones dentro de la comedia y como bien sabían en la Antigua Grecia necesitamos evadirnos a ratos de este mundo lleno de tragedias.

 

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