Jugar a Ginger: Beyond the Crystal me ha traído a la memoria experiencias vividas hace ya más de una década. Me ha permitido revivir un género que creía ya prácticamente olvidado por la mayoría de las grandes desarrolladoras, pero aún fértil gracias a la cantidad de estudios independientes que alimentan nuestra vena más nostálgica. Las viejas modas siempre vuelven, como quien dice. Un ejemplo claro es el Pixelart, un arte nacido de una limitación tecnológica como son las imágenes de baja resolución o pixeladas. Y otro ejemplo lo tenemos en Ginger, un juego que nace con la esencia de los viejos plataformas 3D.
[mkdf_dropcaps type=»normal» color=»#000000″ background_color=»»]E[/mkdf_dropcaps]l escenario tiene lugar en un mundo ficticio amenazado por la aparición de unos sospechosos cristales rojos. Ginger es la creación de una deidad que vela por la seguridad de este mundo y nuestra misión será purificar estos cristales y poner a los aldeanos a salvo. Podrás recorrer varias ciudades, las cuales hacen el papel de HUB o conector para el resto de mapas o niveles. En ellas podrás hacer misiones que te aportaran recursos para construir las casas destruidas, las mismas que te desbloquearan el acceso a otros niveles (los plataformas) para purificar más cristales.
Siendo honesta, la verdad es que no tenía expectativas muy altas a la hora de jugarlo. De hecho, me tomó más tiempo del debido, pero cuando realmente me puse a ello me llevé gratas sorpresas en más de un sentido. Dicen que quien se enamora lo hace primero por los ojos, y Drakhard Studio ha sabido a aprovechar al máximo este apartado. Nada más visualizar la intro se nota claramente a donde han ido a parar la mayoría de los recursos. Así que… ¿Qué os parece si empezamos por aquí?
Apartado visual
Precioso. Gráficamente se intuye que el juego va dirigido a un público infantil; la gran paleta de colores vivos y alegres, y el estilo cartoon de los personajes son varios de los aspectos más identificativos del diseño conceptual. El tema elegido es la naturaleza, y en ese sentido Ginger me ha recordado mucho a Ori and The Blind Forest, tanto por el personaje como la ambientación. La animación también está bastante lograda y he agradecido la fluidez de los movimientos del personaje. Quizás los hubiera preferido más rápidos, pero hay que recordar que el juego está dirigido principalmente a los peques de la casa y no necesariamente a jugadores muy expertos.
La gran paleta de colores vivos y alegres, y el estilo cartoon de los personajes son varios de los aspectos más identificativos del diseño conceptual.
Música
Otro de los aspectos más notables del juego, sin duda. Los paseos por la ciudad se hacen más divertidos gracias al ritmo y alegría que trasmiten y que ayudan a transportarte al mundo de Ginger. Lo mismo he de decir de los temas elegidos para los distintos mapas y enemigos. Aparte es un juego doblado al castellano, aunque la mayoría de las conversaciones son en diálogo escrito.
Jugabilidad
[mkdf_dropcaps type=»normal» color=»#000000″ background_color=»»]L[/mkdf_dropcaps]as mecánicas juegos están bien diseñadas, pero quizás pecan de ser demasiado simples. Quitando los niveles de plataformas donde considero está lo mejor de juego en cuanto a mecánicas, las misiones en la ciudad son muy repetitivas y poco desafiantes, pues no van más allá de las típicas misiones recolectoras de ítems, alguna carrera o matar una serie de enemigos que han aparecido en una zona. Al principio pueden estar bien para “ayudarte” a recorrer la ciudad y aprenderte los lugares, pero cuando ya llevas dos o tres misiones iguales… empieza a cansar.
Los movimientos de ataque de Ginger son muy fluidos, como ya he comentado es algo que he agradecido desde el primer momento y me recordaron mucho a los de Jak and Dexter, lo cual considero otro guiño más a los clásicos plataformas 3D. Qué recuerdos…
Otro aspecto que también me ha gustado mucho son los disfraces. Para poder acceder a ciertas zonas del juego Ginger tiene a su disposición una serie de trajes que ciertos ciudadanos rescatados le dirán dando a lo largo del juego, y que además le aportan ciertas características físicas como cambios de tamaño o tocar instrumentos, aportando así algo de frescura a las mecánicas.
Pero lo mejor, los niveles de plataformas donde se encuentran parte de los cristales rojos que debes ir purificando. Aunque no están diseñados para ser excesivamente complejos, quizás al final puedes encontrarte con algunos niveles moderadamente frustrantes.
Conclusión
[mkdf_dropcaps type=»normal» color=»#000000″ background_color=»»]G[/mkdf_dropcaps]inger: Beyond the Crystal es un juego precioso gráficamente. Estoy segura de que a los más pequeños les atraerá la ambientación y la música que le acompaña, y disfrutarán explorando los distintos niveles y ciudades de estos seres de ojos saltones. Además, la curva de dificultad es bastante baja. Los enemigos, ni siquiera los jefes finales presentan un gran desafío lo que permite la accesibilidad de más usuarios, incluso los que no estén acostumbrados a los videojuegos.
Por tanto, y con todo lo comentado hasta ahora, no es un juego que recomendaría a cualquiera que se considere un Hardcore Gamer, incluso a los Casual puede llegar a resultarles demasiado simple. Ginger no es un juego para el que busca desafíos, es un juego para disfrutar con los más pequeños, los abuelos, en familia, o simplemente para rememorar viejos géneros olvidados.