No suelo empezar los artículos mintiendo descaradamente, pero esta vez me vais a perdonar este “clickbait”. Sí que es cierto que soy una chica y he jugado a Chrono Trigger, pero NO es el primer JRPG al que he jugado, y desde luego no será el último. Quizás hubiese sido más acertado decir “Chrono Trigger y la chica que nunca jugó a un JRPG de combate por turnos”, pero no lo hecho por dos razones. La primera porque me parecía excesivamente largo, y la segunda porque a efectos prácticos considero que no haber jugado a un JRPG con este sistema de combate es haberte perdido el 80% de la esencia del género. Y es algo que me he dado cuenta relativamente tarde.
Más de dos décadas han pasado desde que Chrono Trigger viera la luz por primera vez y su eco no ha dejado de escucharse incluso en nuestros días. Es un juego que grandes amantes del género me han recomendado hasta decir “basta”, he leído sobre él en multitud de artículos, lo he visto encabezar numerosas listas y además el desarrollador de sus personajes, Akira Toriyama, es uno de mis mangakas favoritos. El juego tenía todas las papeletas para gustarme, excepto por un punto: El combate por turnos.
No sabría decir a ciencia cierta cuándo fue mi primer contacto con este sistema de batalla. Si echo la vista atrás recuerdo algunas tardes en casa de mi primo mientras lo veía jugar al FFVIII. Era un espectáculo, todo sea dicho. Ese despliegue de menús interminables a una velocidad que mi cerebro era incapaz de procesar, tantas letras y porcentajes, el puntero y su característico sonido… Me gustaba verlo jugar a pesar de no tener ni idea de lo que estaba haciendo. Fue una primera toma de contacto positiva respecto a lo visual, pero negativa en cuanto al uso, ya que su aparente complejidad se convirtió en un obstáculo, y a pesar de que años después intenté probar con otros títulos, no aguantaba ni 10 minutos.
Los años siguieron pasando y al obstáculo de la complejidad se sumó otro más: la fluidez del gameplay. Cuando ya alcancé la edad para decidir qué regalos quería por Navidad (y posiblemente algunos más) llegó a mis manos una PS2, y los géneros de acción y plataformas terminaron por malcriarme con su sencilla jugabilidad. Tenía un gran dilema, y es que a pesar de sentirme realmente atraída por la narrativa de muchos JRPG, en el momento que se desplegaba el sistema de combate rompía con toda la inmersión, no los entendía, no conectaba, y a más pasaban los años más arcaicos me parecían.
Casi 20 años después de mi primer contacto con un JRPG, estos volvieron a mi vida, ya no para jugarlos, sino para desarrollarlos. Empecé a colaborar con un estudio que se había enfrascado en dicha tarea, y aunque no participaba activamente en el diseño de sus mecánicas, si que lo hice en su guión y difusión. Fueron muchos meses de información y clases de narrativa japonesa, también mis compañeros me recomendaron algunos títulos, pero ni con esas. Seguía prefiriendo leerlos a jugarlos. ¿Era ya cabezonería? A día de hoy sigo sin entenderlo.
Chrono Trigger
Un par de años después, ya sin motivo aparente, o quizás demasiados inconscientes, descargué un emulador de la SNES y me instalé el Chrono Trigger en el portátil. Tenía por delante un viaje en tren de 8 horas, así que simplemente me senté y me lancé a la aventura sin pensarlo. Una cosa que puedo decir a mi favor es que nunca me ha importado jugar con juegos de generaciones anteriores sin tener una razón más allá de la nostalgia. Puede parecer estúpido pero hoy día muchas personas ni se plantean jugar a un LOOM o al primer Tomb Raider. Algunos lo justifican por la calidad de los gráficos o la jugabilidad, y que por la comparativa con los videojuegos actuales, la inmersión es más difícil de alcanzar. Yo pensaba de la misma manera, hasta que finalmente dí con la tecla.
Tuve muchísima suerte al haber elegido este juego y personalmente lo considero, a pesar de sus años, una de las mejores opciones para introducirte en este sistema de combate. Su curva de aprendizaje es bastante suave y gradual, gracias a que su diseño quita de la ecuación muchos elementos que a priori pueden resultar complejos. Tal es el caso de las invocaciones, materias, enlaces, árboles de habilidades, que aunque a largo plazo pueden resultar en una experiencia de juego más satisfactoria, al principio lo único que hacen es confundir y abrumar al pequeño novato.
La simpleza en su diseño me ayudó bastante a interiorizar sus mecánicas de forma más rápida e intuitiva. En unas dos horas ya estaba realizando acciones de forma casi automática y es algo que me motivó muchísimo a seguir avanzando. Me pude dar cuenta en ese momento que mi fracaso con otros títulos se debía precisamente a esto, a un nivel de exigencia muy superior a mis habilidades, lo que inevitablemente lleva a la frustración y al consecuente abandono. Chrono Trigger me abrió la puerta a un mundo dentro del género que desconocía completamente y que llegué a disfrutar con creces, pero cualquiera que haya jugado a este juego sabe que Chrono Trigger es mucho más que una jugabilidad exquisita.
Sí es cierto que la narrativa no hace alarde de una gran originalidad. Los elementos que conforman la trama; sus protagonistas, villanos, subtramas y misiones son un poco más de lo mismo dentro de este basto género, pero la falta de originalidad no quita la calidad de la misma. El desarrollo de sus personajes es muy completo y aunque no sea el primero en introducir el concepto de los viajes en el tiempo, no pongo en duda que sea uno de los mejores en utilizar este recurso. La conexión temporal entre las diferentes misiones y el cómo tus acciones afectan a distintas épocas hace que tu papel en el juego sea realmente relevante, potenciando con ello la sensación de controlabilidad y autonomía dentro del juego. Y no sólo eso, su corta duración -en comparación con otros títulos del género- lo hace bastante más atractivo para los que no quieran/puedan dedicarle mucho tiempo.
Pero quizás donde yo podría la chapa de oro es en el apartado sonoro. Ya conocía del talento de Nobuo Uematsu por otras obras, pero escucharlo en Chrono Trigger ha sido una agradable sorpresa. Definitivamente las composiciones de este hombre dan un tono tan épico a la aventura que no puedes evitar emocionarte. ¡Tengo que hacer mención especial al tema de Frog que ya se ha convertido en uno de mis favoritos!
En definitiva, Chrono Trigger me ha encantado, y ha sido la chispa que me ha animado a seguir quemando el emulador con todos los grandes títulos que me he perdido. Es un juego que no debe su fama a una generación nostálgica ni conservadora. A mi me ha robado el corazón veintitantos años después y espero que a muchos más en generaciones venideras. Por desgracia no tengo una “Epoch” para volver atrás y vivir esta experiencia en un momento vital tan determinante como es la infancia, aunque supongo que tampoco importa. Al fin y al cabo, hay otras formas de viajar en el tiempo.